Tomando decisiones sobre la salud
Siempre debe recordarse que todos y todas tenemos derecho a tomar una decisión irracional, siempre y cuando sea una decisión razonada.
Debemos tener presente toda persona puede rechazar un tratamiento médico. Por ejemplo:
una madre de cuatro hijos, de 34 años de edad, a la que se le detecta a tiempo
un tumor maligno en un pecho, y se niega a ser operada; o en un joven pintor al que, a raíz de una gangrena se le deben amputar dos dedos de su mano derecha, y no acepta su amputación, con tal de poder pintar unos meses más, o una persona adulta mayor que ha estado bajo diferentes tratamientos médicos y rechaza continuar con los mismos porque
está cansado, simplemente, harta de ello.