- Reconocemos la consideración y valoración de las otras personas, considerándolas como iguales y sin sumisión implícita en el concepto. Nuestros procesos y acciones deben buscar fomentar el reconocimiento del “otro/a” como igual en derechos, deberes, saberes y otros. No solicitamos tolerancia, término que lleva implícita superioridad y permiso.
- Reconocemos que todas las personas somos iguales ante la ley y por lo tanto, rechazamos prácticas de discriminación que resulten contrarias a la dignidad humana, independientemente a la orientación sexual, género o cualquier otra condición o situación.
- Reconocemos la necesidad de construir un vínculo solidario entre las mujeres producto de la exclusión patriarcal y la competencia impuesta en dicho sistema.
- Valoramos el compromiso profesional de nuestros y nuestras colaboradoras, garantizando el respeto de códigos y compromisos, así como estándares de comportamiento y respeto en nuestro actuar profesional y personal.
- Reconocemos la importancia del pensamiento “fuera de la caja” o tradicional, permitiéndonos cuestionar las metodologías y afirmaciones tradicionales, así como el realizar análisis de las circunstancias desde una perspectiva diferente y nueva.
- Reconocemos la importancia de tomar la iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras en el entorno, asumiendo la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.
- Reconocemos la importancia de mantenerse constante aun cuando las circunstancias sean adversas.
- Reconocemos el cumplimiento del deber y el saber dar cuenta de los procedimientos y acciones que realizamos.
- Reconocemos que cualquier decisión que sea adoptada debe estar debidamente motivada y cualquier persona debe tener la posibilidad de verificar y cuestionar esa motivación. Debe garantizarse la claridad absoluta sobre los fundamentos de una actuación.
- Reconocemos que toda persona que vive en una sociedad humana, tiene la obligación de buscar el bien común y de ser atento y servicial con las necesidades de los demás.
- Reconocemos el principio en el que dos partes, con intereses comunes, por un lado, y en conflicto, por otro, se reúnen para proponer y discutir alternativas con el fin de llegar a un acuerdo, desde el respeto mutuo y la protección de los derechos humanos.
- Reconocemos que todo ser humano debe vivir, actuar y fomentar valores humanos como son la libertad, la conciencia, el sentido social o incluso la responsabilidad. Así mismo, reconocemos la integralidad del ser humano desde la racionalidad y sin dogmas religiosos.
- Reconocemos la capacidad de la organización para generar las condiciones propicias que posibiliten el óptimo desarrollo de sus acciones.
- Reconocemos la necesidad de desarrollar y poner en práctica competencias que nos lleve a actuar al unísono en la construcción de ambientes sanos, tanto pensados en el presente como en el futuro, generando así la base fundamental para un desarrollo sostenible y sustentable.